
El incumplimiento de este principio, tan obvio como antiguo, es sin embargo el que lastra la proyección de miles de webs públicas de todo el mundo. Más aún: el dibujo lejano, poco sugerente y excesivamente institucionalizado que todavía hoy ofrecen muchos de estos portales constituye una de las principales causas de la desconfianza que separa a ciudadanos y administraciones.
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